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Soy un individuo interesado en los sistemas operativos históricos, los sintetizadores y los entornos de comunicación electrónica de tipo cooperativo y comunitario, respetuosos del anonimato.
Como miembro activo de una Comunidad Organizada en las redes de datos de alcance global, asisto a las Masas Obreras con el alto fin de lograr Justicia Social 2.0: un software Justo, Libre y Soberano.
En mis tiempos de cadete comencé utilizando ordenadores monousuari@ en torno al hardware de 8 bits. En la Argentina de los 80s, a este se lo consideraba como simple infraestructura hogareña no esencial.
El dominio de estas máquinas me sorprendió por la diversión de aprender y crear en ellas: me aficioné a la programación no estructurada. Descubrirla me convenció también de la necesidad de contar no sólo con cómputo asequible al alcance de las Masas, sino uno que fuese responsable y valorizado al calor de la la apropiación - directa y sin limitaciones - del código de programación del software del ordenador. En este ámbito me formé y me preparé.
Eventualmente conduje sistemas CP/M, Unix System V y VAX/VMS, y de manera mucho más extensa versiones derivadas de QDO$ y sus entornos gráficos. Pero el cambio me resultó frío: la potencia de las nuevas arquitecturas de 16 y 32 bit constantemente venía impuesta bajo una relación de poder injusta. Ciertas organizaciones de Capital degeneradas por interés de abusivo control, hacían uso del código fuente ya no como objeto de preparación y estudio, sino como instrumento de dominación.
La práctica en boga de estas compañías se centraba en ocultar y ofuscar el código fuente (anteriormente público) para hacerlo inmodificable y controlarlo en pos de ganancias monetarias y otras imposiciones inconfesables.
Mientras que muchos pasaban de esto, percibí que este cómputo no impulsaba el lucro sino la explotación del hombre a través de las máquinas; sólo me convertía en un tecno-esclavo sin dominio de software ni hardware. Esta afrenta no podía durar.
Fue así que comencé un estudio concienzudo de la operatoria interna de este cómputo malvado. Esta decompilación cobró ante mí la condición de necesidad acuciante: la lucha contra una tecno-biología de diseño injusto así lo exigía. En la etapa gregaria y desorganizada, lo que cobró lógica momentánea fue el desarrollo clandestino de microprogramas autorreplicantes en lenguaje ensamblador de 16 bits. Dado el carácter monolítico de la orgánica enfrentada, tales vectores podían erigirse como armas válidas para Combatir al Capital. En horas de necesidad, cualquier virus informático vectorizado contra la opresión abandona su condición de noxa y torna en Foco de Liberación.
Conocer el Proyecto GNU vino a superar esta praxis. Fue en esta propuesta donde hallé la satisfacción de la verdadera computación de potencia.
GNU es un sistema operativo de computadoras que guarda cierta similitud con Unix, pero en contraste con aquél nos permite estudiar y realizar cualquier tipo de informática generalista al amparo de una doctrina legal de salvaguarda. Gracias a esta apropiación tecnológica dejamos de someternos como consumidores engrillados a la denigración de un software ajeno para elevarnos al rol de trabajador@s privilegiad@s que usamos nuestro software comunal propio.
El alcance de las redes de datos me ofreció una particularidad. Comencé a habitarlas en la era de los tenues tendidos nacionales por conmutación de paquetes (cuyo acceso era reservado). Fue sólo a posteriori que pude poblar todo tipo de nodos del servicio telefónico público local, dando uso a moduladores-demodulares.
Ya para mediados de la década de 1990 pude aprovechar la conveniencia de las organizaciones informatizadas. La red FidoNet - y más adelante la moderna telaraña global - sufrían un explosivo crecimiento que aunaba voluntades y simpatías con el vínculo. Este era el milagro que poeta alguno había soñado jamás: una cajita mágica abierta a todos los mares, a todas las tierras. A través del módem podía contemplarse todos los descubrimientos que los hombres hubiesen hecho, todas sus obras de arte podían salvarse de los estragos del Tiempo. Bancos de datos de bibliotecas y museos podían canalizarse hasta la terminales computarizadas. Contactarse a los millones de pantallas semejantes distribuidas sobre las redes.
Me fue posible contar entonces no sólo con la posibilidad de hacer el cómputo de la forma que anhelaba, sino gozar de las Comunidades de Cómputo en línea, compartiendo conocimientos, saberes y experiencias a lo largo y ancho de la faz de la Tierra.
Resultó obvio por entonces que si las ansias de conexión y acceso de la humanidad no resultaban saciadas, l@s trabajador@s en las redes de transmisión de datos se vertebrarían en organizaciones computarizadas para dársel@s a sí mism@s, y - tal vez - por las indeseadas vías de la violencia telemática.
GNU está particularmente pensado para afianzar una Sociedad Digital Justa: es un software que se ha convertido en crítico para este cometido. Normalmente se lo emplea con el núcleo de sistema Linux, con el cual se ha extendido a todo tipo de electrónica. Esto ha hecho que mucha gente dé uso a sus aplicativos y servicios sin siquiera notarlo; por su valía ha ascendido al rol de Vínculo de Unión que hace posible a la Red Socialmente Justa.
A partir de 2007 empecé a utilizar un sistema operativo de tipo GNU/Linux gestado para la arquitectura AMD64: Ubuntu. Este derivado de Debian ofrecía un entorno muy simple e ideal para introducir a usuarios a GNU, buscando un software Justo, Libre y Soberano.
Desde 2009 escribo Ubuntu Peronista, blog de adoctrinamiento político y divulgación técnica convertido en referencia en lengua castellana para decenas de distribuciones de software derivadas de este sistema operativo.
Se compendian allí mas de setescientos artículos de tipo "How To", que sirven para poner en práctica todo tipo de soluciones computarizadas y libres tal como quiso Juan Perón. Desde aprender lo más básico de la terminal, hasta instalar sistemas operativos emulados, pasando por entornos musicales, juegos, etcétera.
Me encanta pensar en los sistemas y la sociedad, y en cómo trabajamos juntos y hacemos el mejor uso de lo que tenemos, para garantizar que lo que esto se dé de manera equitativa.
Mucha de discusión en línea actual parecería dominada por plataformas de redes basadas en empresas, que acumulan y explotan información de l@s usuari@s en beneficio de anunciantes. Tales plataformas pretenden como consecuencia controlar la forma y el contenido de la información que presentan sus súbditos clientelares (a quienes consideran consumidores).
He observado con suma satisfacción, sin embargo, el reverdecimiento de las comunidades en red no comerciales. Un Movimiento Hacktivista conocido como Fediverso ha enfrentado bajo el signo del cómputo libre el discurso monocorde de las redes sociales basadas en empresas. Estas organizaciones cooperativas han instrumentado una ética de creación y servicio de datos de tipo federado, en la que un herramental informático compatibles con la multiplicidad de voces avala instancias de debate y acción. Estos sistemas de acceso remoto son conocidos como tildes.
tilde.club es uno de tales ambientes. No es una red social, sino un ambiente similar a Unix utilizado respetuosamente por sus miembros para crear páginas webs sorprendentes.
Inspirado por esta experiencia, desde 2020 participo en texto-plano.xyz, la primer comunidad de tipo tilde en idioma castellano.
Merced a la micro-constelación de máquinas virtuales texto-plano.xyz, visualizo un mundo en el que las consideraciones sociales, éticas y políticas se entrelazan activamente en la enseñanza, la investigación y la implementación de la informática.